domingo, 27 de abril de 2014

Blanco sobre negro. Las balsas de fosfoyesos no están en el debate social”


Se nota que estamos en campaña electoral. En Huelva siempre ha dado igual si son elecciones europeas, generales, autonómicas o municipales, el hecho es que cada vez que se aproxima un proceso electoral, y desde el año 99, el asunto de los fosfoyesos es recurrente y ocupa un gran espacio en las agendas políticas, sociales y mediáticas de todos los colores y tendencias ideológicas, incluidas aquellas nuevas organizaciones que no se saben muy bien si representan algo más que los intereses y/o gustos personales de sus componentes.

La realidad de los fosfoyesos en Huelva es la siguiente: desde hace cuatro años, es decir, desde 2010 no está permitido verter en las balsas de fosfoyesos residuos procedentes del proceso fabril, según sentencia del TS, por tanto, ya no hay vertidos y ello ha ocasionado que FORET haya cerrado su fábrica de Huelva propiciando un ERE extintivo del cien por cien del empleo y dejando a la plantilla de trabajadores/as en el paro o prejubilados y, que FERTIBERIA haya tenido que adecuar su proceso de producción a las condiciones contendidas a la sentencia judicial y desde entonces, como consecuencia del incremento de los costes de producción, está sumida en una permanente estrategia de reducción de costes a cuenta del empleo. También obliga la sentencia del TS a la fábrica concesionaria de los vertidos “FERTIBERIA” a recuperar y rehabilitar los terrenos ocupados por los fosfoyesos, dándole un plazo para ello y obligándola a depositar un aval de 20 millones de euros, plazo de recuperación de los terrenos y aval no ejecutados.

Hay que señalar también, que los terrenos ocupados por las balsas de fosfoyesos son de titularidad estatal, de la Dirección General de Costas del Gobierno de España, a quien se le debe la sentencia de retirada de la autorización de los vertidos por denuncia expresa y quien únicamente es competente para exigir la ejecución de la sentencia por er parte demandante y personada en el caso. Y, hay que tener en consideración igualmente, que la ciudad de Huelva, su ayuntamiento presidido por Pedro Rodríguez y gobernado por el PP desde hace 20 años, es el término territorial sobre el que se asientan las balsas de fosfoyesos, que, si bien es cierto no es competente en la materia, no es menos cierto, que es el titular de la responsabilidad de todo lo que ocurra en su término municipal y no es ajeno a sus consecuencias.

Na vez presentada de forma objetiva la situación, cabe preguntarse en mi opinión, si una vez que se ha puesto punto final a los vertidos, que era el problema que ha polarizado las diferentes posiciones sociales, es razonable continuar con un debate más allá de exigir a quienes tienen autoridad, es decir al gobierno de España, que pida al TS la ejecución de la sentencia por parte de FERTIBERIA que es la condenada a ejecutarla y, exigir al Ayuntamiento de Huelva que cumpla con su responsabilidad y no pase de puntillas, ni acreciente un debate inexistente y extraordinariamente sensible en Huelva desde un discurso demagógico.

Mensajes como los de Huelva Tóxica que genera dudas y sospechas sobre la reducción del nivel de las aguas en las balsas, como si el efecto de la evaporación no existiera. Como el de la retirada y evacuación de los fosfoyesos, del aprovechamiento urbano de los terrenos una vez restaurados o, la exigencia de planes integrales de recuperación sin estudio alguno, carecen de base científica y legal hasta tanto en cuanto, no hay una clara vocación de que se ejecute la sentencia y de eso deben ocuparse el Gobierno de España y el Ayuntamiento de Huelva por estar ubicado en su termino municipal.

¿No sería más coherente una vez acordada la constitución de una “MESA DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA” para promover la solución, que desde su seno emanara la exigencia primera de la ejecución de la sentencia por parte de FERTIBERIA y después, analizar los diferentes proyectos de restauración posibles, que deben estar sujetos a criterios técnicos y científicos y no al gusto personal de cada cual?

Hay, quienes desde sus legítimos intereses particulares orientan la proa de sus desencantos hacia la Junta de Andalucía, la única Administración que está haciendo lo que le corresponde en base a sus competencias y legalidad, exigir a FERTIBERIA que presente el proyecto básico de recuperación de los terrenos e iniciar un expediente sancionador por incumplimiento de los plazos.

lunes, 7 de abril de 2014

¿Quién paga impuestos en este País?


 

Hoy el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anticipado la que parece puede ser la “Reforma Fiscal de España” Quizás la última de las grandes reformas neoliberales pendientes de realizar.

Según lo avanzado por Rajoy (quien bien puede apedillarse “El Fraude”) la reforma está pensada para devolver a los/as españoles/as parte de los sacrificios realizados por orden y voluntad del Gobierno de España, y lo harán bajando los impuestos, dicen que a toda la ciudadanía. Ahí radica la primera de las falsedades, porque cuando se procede a una reducción sistémica de los tramos de cotización, a quienes más benefician son a las rentas más altas, a aquellas que no han realizado sacrificio alguno, más bien han visto revitalizada sus riquezas.

También dice “El Fraude” (Rajoy) que se producirá una reducción impositiva en el impuesto de sociedades, sobre los beneficios empresariales y sobre la inversión en I+D+I, como si ello no fuera una obligación del tejido empresarial, al menos de aquella parte que entiende la inversión en ciencia, conocimiento y tecnología como la mejor opción para crecer en competitividad y prestigio empresarial, aquellas que no avancen en esta dirección simplemente están condenadas al fracaso. Obviamente, esta medida vuelve a beneficiar al empresariado que aportará mucho menos de lo que aporta a las arcas públicas, que ya es escaso.

Otra medida más contenida en el proyecto reformista de “el Fraude” es, estimular el ahorro con lo que se vuelve a poner el foco en garantizar capital y solvencia financiera a la banca, en vez de estimular el consumo para que genere economía.

Si tal como avanza el Presidente, las clases trabajadoras, los ricos más, las empresas y los bancos pagarán menos impuestos, ¿quién paga en este País? En la pregunta está la trampa porque, para que “El Fraude” equilibre las cuentas, especialmente los ingresos, lo hará por la vía de los impuestos indirectos, es decir, por la vía de la subida del pan, de la leche, de las patatas, … en definitiva, por la vía de hacerle la vida más difícil a quienes escasamente aún pueden sobrevivir.

Con esta reforma, en mi opinión, se cierra el circulo de la estafa neoliberal. Se cuestiona la capacidad de las cuentas públicas para hacer insostenible el Estado público (pensiones, sanidad, educación, prestaciones, ….)