Hoy
el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anticipado la que
parece puede ser la “Reforma Fiscal de España” Quizás la última
de las grandes reformas neoliberales pendientes de realizar.
Según
lo avanzado por Rajoy (quien bien puede apedillarse “El Fraude”)
la reforma está pensada para devolver a los/as españoles/as parte
de los sacrificios realizados por orden y voluntad del Gobierno de
España, y lo harán bajando los impuestos, dicen que a toda la
ciudadanía. Ahí radica la primera de las falsedades, porque cuando
se procede a una reducción sistémica de los tramos de cotización,
a quienes más benefician son a las rentas más altas, a aquellas que
no han realizado sacrificio alguno, más bien han visto revitalizada
sus riquezas.
También
dice “El Fraude” (Rajoy) que se producirá una reducción
impositiva en el impuesto de sociedades, sobre los beneficios
empresariales y sobre la inversión en I+D+I, como si ello no fuera
una obligación del tejido empresarial, al menos de aquella parte que
entiende la inversión en ciencia, conocimiento y tecnología como la
mejor opción para crecer en competitividad y prestigio empresarial,
aquellas que no avancen en esta dirección simplemente están
condenadas al fracaso. Obviamente, esta medida vuelve a beneficiar al
empresariado que aportará mucho menos de lo que aporta a las arcas
públicas, que ya es escaso.
Otra
medida más contenida en el proyecto reformista de “el Fraude”
es, estimular el ahorro con lo que se vuelve a poner el foco en
garantizar capital y solvencia financiera a la banca, en vez de
estimular el consumo para que genere economía.
Si
tal como avanza el Presidente, las clases trabajadoras, los ricos
más, las empresas y los bancos pagarán menos impuestos, ¿quién
paga en este País? En la pregunta está la trampa porque, para que
“El Fraude” equilibre las cuentas, especialmente los ingresos, lo
hará por la vía de los impuestos indirectos, es decir, por la vía
de la subida del pan, de la leche, de las patatas, … en definitiva,
por la vía de hacerle la vida más difícil a quienes escasamente
aún pueden sobrevivir.
Con
esta reforma, en mi opinión, se cierra el circulo de la estafa
neoliberal. Se cuestiona la capacidad de las cuentas públicas para
hacer insostenible el Estado público (pensiones, sanidad, educación,
prestaciones, ….)
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