jueves, 9 de julio de 2015
Sobre la posición de la delegación socialista ante el TTIP
En relación a la posición de la dividida delegación de socialistas europeos ante el TTIP y el voto de los socialistas españoles con liberales y conservadores, habría mucho que decir. Quizás lo primero sea mostrar malestar porque los/as parlamentarios/as españoles del PSOE opten por la figura de la ocultación y la desinformación alineándose con los intenses económicos de la corporaciones empresariales y los intereses políticos del neoliberalismo popular europeo.
“Dicen los eurodiputados socialistas españoles, que es el momento de poner condiciones a los negociadores, casi dos años después de comenzar la negociación, y que solo votarán a favor del TTIP si no incorpora ningún arbitraje privado que sea compatible con el modelo social europeo, que proteja el medio ambiente y el trabajo digno”
Dicho de esta manera parece hasta razonable, pero de una razón no exenta de matices y contradicciones.
Veamos. El TTIP contempla dos aspectos que son fundamentales y consustanciales para justificar la necesidad de un Tratado Internacional y son, “la cooperación regulatoria y el arbitraje privado para la solución de conflictos” que dispense garantías jurídicas y blindaje a las empresas inversoras.
¿Esto que quiere decir? Simplemente, que hay que establecer nuevas reglas de juego en materia legislativa que favorezcan el blindaje de los intereses de los inversores y que, si aún así hay discrepancias entre los Estados y la multinacionales, se sometan estas a un arbitraje privado. Sino, ¿que sentido tiene meterse a negociar un Tratado Internacional que sobrepasa la propia soberanía de los Estados. -Primera contradicción-
Por otra parte, el TTIP no está siendo negociado por principios democráticos, y por muy democrática que quiera parecer la letra de la enmienda sobre el ISDS de la que se siente orgullosa la delegación socialista española, si los pillares del Tratado no lo son (democráticos) porque invierte la escala de valores para supeditar la soberanía y los derechos humanos a los interés de las multinacionales, el propio arbitraje carece del carácter democrático. -Segunda contradicción-
“Dicen los eurodiputados socialistas españoles, que ante el acuerdo comercial más importante de la historia, el hecho de que el parlamento europeo no intervenga en la negociación sería un grave ejercicio de irresponsabilidad”
La propia aseveración de la posición es contradictoria en sí misma y es contradictoria para el socialismo democrático, porque la afirmación manifiesta que el Parlamento no está en la negociación, con lo que se está consistiendo una irresponsabilidad, pero sin embargo se está entrando en alianzas con la derecha europea para que el Parlamento no admita someter a información pública y a referéndum el contenido de la negociación. ¿O está, o no está en la negociación?
Por último dos reflexiones:
Una. Cuando la mayoría parlamentaria la ostentan liberales y conservadores (la derecha) de forma suficiente para aprobar en solitario lo negociado, es fácil mantener una posición tibia que parezca de oposición, cuasi social, a sabiendas de que la decisión última está en manos de la mayoría parlamentaria (la derecha europea) y de EE UU, quien bajo ningún concepto va a aceptar, como ya lo ha manifestado el Vicesecretario General de Comercio Internacional, Stefan Selig,otra cosa que no sea el ISDS para garantizar el blindaje de los inversores Norteamericanos que además, son quienes financian las campañas electorales de Senadores y Congresistas de EE UU.
Dos. El TTIP tiene el calado que tiene cuando la izquierda fue incapaz de explicarle a la gente porqué oponerse a él. O sea, que su éxito se debe al fracaso colectivo de la izquierda política, sindical y social. ¡Es hora de restituirlo!
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