viernes, 20 de diciembre de 2013

Respecto a la Reforma de las Administraciones Locales.

El modelo social, democrático y de derecho consagrado en el Art 1º de la CE, configura una Administración al servicio del estado social que preserve la atención a la ciudadanía en términos de igualdad, para lo que es indispensable la Administración Pública, los servicios públicos y el empleo público.

La ciudadanía es y, debe seguir siendo el eje central de la sociedad del bienestar y aquellos, son quienes generan demandas de servicios y atenciones a los que debe responder el sector público para cumplir con los preceptos constitucionales para la igualdad de oportunidades y, que el Gobierno del PP está poniendo en riesgo con sus continuas reformas orientadas a desmembrar, cuanto no a hacer desaparecer los servicios públicos esenciales para la ciudadanía y, muy especialmente para las personas que más lo necesitan.

Las continuas agresiones del Gobierno del PP a los servicios públicos y sus empleados/as los demonizan ante la conciencia social, creando la justificación perfecta para recortar presupuestos, recortar derechos de ciudadanía y despedir de forma masiva a trabajadoras y trabajadores públicos de todas las Administraciones, con lo que, se profundiza en la descualificación en la atención a las demandas ciudadanas de servicios públicos, provocando un bucle social que considera “los servicios públicos caros, ineficaces e ineficientes”, precisamente los argumentos esgrimidos por quienes entre sus objetivos está ofrecer la gestión de los servicios públicos al sector privado.

Tras la reforma laboral que ha penalizado doblemente al personal laboral de las Administraciones Públicas; una, por su condición de persona trabajadora a quien le es de aplicación la normativa laboral general y dos, por la aplicación de EREs sin causalidad necesaria en la Administración Pública. Y los recortes en sanidad, educación, dependencias y políticas sociales, así como la congelación de las tasas de reposición han expulsado del mercado laboral onubense a más de 4.000 empleados y empleadas públicas, mientras quienes mantienen su empleo lo hacen en unas condiciones de precariedad salarial indignas como consecuencia de los reiterados planes de ajustes impuestos en las diferentes Administraciones Públicas que, les ha supuesto una caída de la capacidad de rentas del 30%.

Ahora el Gobierno del PP con una celeridad inusual, sin consenso y con el descontento de la inmensa mayoría de la sociedad, pretende imponer una nueva reforma para las Entidades Locales bajo la denominación de “Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local” que, solo con leer los objetivos previstos puede intuirse el fondo real que persigue esta reforma que no es otro, que generar una profunda desigualdad y descohesión social entre los los diferentes territorios de España, perjudicando muy especialmente los territorios rurales y pequeños municipios como los de la provincia de Huelva a cuya ciudadanía se le castiga especialmente suprimiendo los servicios de proximidad y con ello su calidad democrática.
La FSP – UGT Huelva rechaza de plano esta reforma porque supone un nuevo paquete de recortes, el desmantelamiento del bienestar y del empleo en la Administración Local para transferir su gestión a la empresa privada tal como recoge el cuarto objetivo del proyecto de Ley “favorecer la iniciativa económica privada ..”

La rechazamos igualmente porque La Reforma de las Entidades Locales es:

Inconstitucional por vulnerar el art. 140 de la CE y la Carta Europea de autonomía local ratificada por España en el año 1988. Autonomía local que es base de la arquitectura de cualquier democracia. Su ruptura se quiere justificar por eficiencia económica pero es dudosa esta pretendida rentabilidad, ya que, además, no son los ayuntamientos los culpables del déficit público.

Innecesaria porque no clarifica competencias, no elimina duplicidades, no se basa en la racionalidad sino en criterios económicos “ajustes presupuestarios y control del déficit”.

Injusta con las Administraciones Locales porque las penaliza no siendo las responsables del déficit público cuando tan solo representan el 4,5% del déficit público de toda España.

Además agrede a la autonomía municipal, a la democracia y su representación política, suprime servicios sociales básicos para la ciudadanía, desprecia lo público y a las personas a quienes les trasladan sufrimiento, recentraliza el núcleo de poder en las diputaciones y/o las CC AA al quitar competencias a los municipios pudiendo éstas decidir la prestación de un servicio municipal sin la correspondiente partida presupuestaria, además de controlar la gestión rehuyendo la necesaria reforma de las Haciendas Locales que es lo que necesitan los ayuntamientos y donde sí hay generado un amplio consenso, desatendiendo la reivindicación histórica del municipalismo de contar con suficiente financiación.

Los servicios municipales no solo no mejorarán sino que serán más caros para los ciudadanos y, supone de forma general un ataque al empleo ya que la sostenibilidad de la futura Ley que prevee un ahorro de 8.000 millones de euros que no será factible sino es por la via de la perdida de empleo.

Estamos ante un capítulo importante de los recortes a las administraciones públicas, en beneficio de los intereses económicos privados. La gestión de lo público quedará por ley más subsidiada a la iniciativa privada, pasando a un segundo plano el beneficio y la rentabilidad social de los servicios públicos.
Asimismo, se anularán las competencias autonómicas sobre ordenación territorial y coordinación de las administraciones locales, atendiendo solo a cuestiones demográficas y obviando aspectos culturales, identitarios, económicos, productivos, de infraestructuras, recursos naturales o de articulación de servicios públicos.
La reforma del Gobierno es incongruente con lo que argumenta. Ni racionaliza la estructura organizativa según los principios de eficiencia y equilibrio financiero, ni clarifica las competencias municipales, ni ahorrará dinero público. Pero sí que es uno de los ataques más duros al modelo de bienestar y de convivencia que se ha producido en nuestra democracia.
En consecuencia, la FSP-UGT Huelva promoverá una campaña divulgativa y de rechazo del Proyecto de Ley y/o la Ley en su caso, que genere apoyos para exigir al Gobierno su retirada.
Y aboga por la coherencia, la racionalización de la mejora de la viabilidad financiera municipal y la defensa y mejora del empleo y de los servicios públicos, así como la negociación con la Diputación de Huelva para minimizar las consecuencias de esta Ley.

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