domingo, 6 de mayo de 2012

Andalucía necesita una relación ética y estética de las fuerzas políticas y sindicales de la izquierda.


Las dificultades económicas, la acción desleal y reaccionaria del Gobierno del PP, los recortes brutales planteados, las posiciones escasamente colaboracionistas de los poderes económicos, financieros y especialmente mediáticos contra el gobierno legítimo de Andalucía van a generar enormes dificultades a la acción de gobierno, que habrá que contrarrestar con movilizaciones masivas de trabajadores/as y de la ciudadanía, en las que los sindicatos de clase tienen un papel indispensable que jugar, para lo cual es in imprescindible que la izquierda política andaluza, especialmente el PSOE, entiendan la necesaria colaboración y el destacado papel social de las organizaciones sindicales y también fortalecer el acercamiento con sus propias bases.

El neoliberalismo extremo dominante es un pensamiento político globalizado en Europa que precisa de acciones globales desde la izquierda, y es el momento de afrontarlas porque se inicia el camino de recuperación de las clases trabajadoras como conciencia de cambio social, así se ha entendido desde Andalucía y por eso, Andalucía va a ser el foco de atención e intención del ideario del PP.

Conciencia que va a propiciar una nueva oleada de represión de la derecha en términos de reformas y recortes de derechos laborales, sociales, civiles y de ciudadanía y que debe contar con las inestimables alianzas política y social que propicie una forma diferente de gobernar sin que se ponga en riesgo lo esencial de nuestro modelo social, de ahí la necesidad de conectar de forma permanente con las inquietudes y aspiraciones de la sociedad que reclaman programas, ideas más adecuadas al momento que nos depara la situación y nuevos métodos de gobierno.

El desencanto, la decepción y el desapego social a la política formalmente correcta está generando la aparición de movimientos nacionalistas extremos, xenófobos y excluyentes y en la izquierda no se está exentos de la aparición de corrientes de pensamientos que reclaman el acercamiento y una relación más fluida con los sindicatos y una nueva forma de relacionarse con las bases. Más que identificarlo como hándicap han de ser capaces de canalizarlos hacia la toma de conciencia de las clases trabajadoras para que tomen partido, debe ser inevitable más pronto que tarde porque de no ser así, estarían herrando en la orientación correcta y en el programa adecuado de la acción que en cada momento vayan reclamando.

El auge del capitalismo durante la globalización ha concluido en una gran estafa económica a las clases trabajadoras que son las que estamos pagando los desmanes de los poderosos, pero también ha sido una gran estafa ideológica del reformismo que pretende unas trabajadoras y trabajadores dóciles, amedrentados e ignorantes  para desmovilizarlos y doblegarlos, pero frente a ese propósito han pasado a la acción directa, a la movilización y la concienciación ciudadana en defensa del modelo social, democrático y de derecho que hemos conquistado en decenios de lucha.

La historia del movimiento obrero está escrita con letras de sacrificio, de luchas, de conquistas y de pérdidas, pero siempre con letras de progreso, de desarrollo  y del  bienestar social universal que en estos momentos de crisis y de recesión quieren arrebatárnoslo mediante ataques permanentes que agravan nuestras condiciones de vida y de trabajo.

Esta historia de lucha obrera es la que ha propiciado la movilización y orientación del voto andaluz a la izquierda en las pasadas elecciones del 25 M y que ha hecho posible la investidura del Presidente Griñán. Ahora toca gestionar el gobierno, en mi opinión, debe hacerse junto a los valores que representan la izquierda sindical (los sindicatos de clase), a quienes se les debe consultar ética y estéticamente en la acción de gobierno para mantener la sinergia de los objetivos compartidos.

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