sábado, 5 de mayo de 2012

Sin empleo y sin solvencia económica, no es posible la libertad.


¿Una vez consumado el frente gubernamental de izquierdas en Andalucía, cabría la posibilidad de plantearse desde Andalucía un frente de resistencia al neoliberalismo?

La tercera vía socialdemócrata a la que se ha sometido de forma mayoritaria el socialismo europeo excesivamente adherido a las paredes del capitalismo y la excesiva disgregación-fragmentación de las fuerzas de la izquierda, han posibilitado en las últimas tres décadas inviabilizar la fidelidad crediticia izquierdista de las fuerzas hasta ahora consideradas minoritarias, al mismo tiempo que han lanzado la reorganización mayoritaria del pensamiento neoliberal ideológico en Europa.

Por primera vez, y tras el fallido intento programático de izquierdas planteado por Joaquín Almunia  (PSOE) con IU para las elecciones generales de 1.996 se ha hecho posible en Andalucía conformar un Gobierno de coalición entre las fuerzas de la izquierda. Un Gobierno progresista de izquierdas para poner de manifiesto que la izquierda sigue siendo una realidad transformadora de la sociedad totalmente válida, viable y garante de la posible cohabitación del desarrollo económico y del desarrollo social.

Ese frente andaluz, junto con el más que probable triunfo de Hollande en las elecciones Presidenciales francesas, pueden y deben dibujar una nueva UE alejada del corsé de absoluta austeridad germano-francesa que representan Merkel y Sarkozy (Merkezy), que está estrangulando el crecimiento económico europeo y que está poniendo en cuestión en el mundo entero la fragilidad de derechos democráticos de la UE, claros ejemplos de ello son Grecia e Italia donde los poderes económicos se han impuesto al propio derecho democrático electoral.

Tras la práctica desaparición de la Internacional Socialista y la falta de liderazgo en la izquierda europea, es preciso concretar una nueva alianza de progreso que transforme la realidad social de Europa estableciendo un nuevo Tratado de la Unión, que propicie fórmulas de distribución más justa de la riqueza, que reordene y restituya el papel de los sindicatos y de los derechos sociolaborales de las clases trabajadoras y fortalezca los Servicios Públicos alejándolos del concepto benéfico que les otorga el neoliberalismo. En todo ello, Andalucía y su gobierno puede y debe jugar un destacado papel.

Proponer una estrategia de resistencia a los mercados financieros desde la legitimidad ideológica e institucional, debe formar parte de los objetivos futuros para que la austeridad autoritaria de Merkel y Sarkozy “austeritarismo” no siga llevándonos hacia la recesión económica, la pérdida de empleo y la pobreza de la ciudadanía.

Sin empleo y sin solvencia económica, no es posible la libertad.

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