El techo de gasto publico aprobado por el gobierno del PP para 2013 supondrá privatizar los servicios públicos y eliminar más de 300.000 puestos de trabajo en las administraciones públicas, amen de acabar con el estado de las autonomías a través de la supresión del Estado del Bienestar.
Son las comunidades autónomas las que más directamente sufrirán las consecuencias del techo de gasto aprobado en solitario por el PP en el Congreso de los Diputados y en el Senado; cámaras que representan la voluntad democrática del pueblo, por tanto su voz, y que desde la “democracia” el PP y el gobierno utiliza en exclusiva con su rodillo parlamentario para certificar la defunción del propio modelo democrático, y de esta manera intentar dotar de legitimidad el ajuste ideológico que está llevando a cabo en España y que está suponiendo un profundo cambio en el modelo de Estado: Social, Democrático y de Derecho que consagra nuestra Constitución.
Para un país descapitalizado de inversión privada (más de 200.000 millones de € han salido de España), congeladas las inversiones públicas, reducidas hasta límites insospechados las PAE y de estímulo al crecimiento; el techo de gasto aprobado, que supone una reducción del 6,6% respecto a 2012 una vez descontados los intereses y la aportación a la seguridad social, va a significar de partida una reducción del gasto de los Ministerios del 12,2%, es decir, la total destrucción del sector público y con ello del Estado del Bienestar. Con lo que el Gobierno del PP alanza el objetivo político de tener vacía de competencias a las comunidades autónomas.
El techo de gasto aprobado junto al paquete de medidas del pasado 13/07/2012, genera controversia sobre su efecto en la recuperación económica. Por una parte la CEPAL alerta sobre los posibles efectos negativos de un ajuste fiscal tan agresivo. La tasa de paro se incrementará hasta el 27% y caerá la economía el 1,5%. Por otra, el ECOFIN el pasado día 10 de julio concede un año más de prorroga a España para alcanzar el objetivo del 3% del déficit público debido a las adversas condiciones económicas provocadas fundamentalmente por las medidas restrictivas que se están llevando a cabo y que contraen la economía, y por la descoordinación política del Gobierno del PP que genera confusión y desconfianza a los mercados y a las Instituciones Internacionales. (Cada vez que Montoro habla, sube la prima de riesgo).
Desde el Gobierno del PP y desde el pensamiento ideológico neoliberal europeo, se sigue argumentando que las medidas fiscales podrían tener efectos favorables al permitir estabilizar los mercados financieros internacionales mejorando las expectativas a mediano y largo plazo, pero hasta ahora ha ocurrido lo contrario en Grecia y está ocurriendo lo contrario en Italia y en España. Sin embargo, el gobierno y su partido (PP) han iniciado la campaña de confusión e intoxicación mediática: “las medidas son buenas y al final de la legislatura habremos superado la crisis”. Una campaña que ponen bien a las claras la resignación del gobierno, que se encomienda a -Dios y al destino- dando por hecho el carácter cíclico de las crisis económicas, en definitiva, se pone de manifiesto lo perdidos que se encuentran en materia económica. Para el final de la legislatura se llevarán ocho años de profunda crisis y supuestamente debe tocar casi el final del ciclo y el repunte económico. Y es a eso a lo que encomiendan sus medidas.
Pero, ¿en qué condiciones sociales, laborales, de derechos y de libertades iniciaremos los trabajadores y trabajadoras la recuperación económica? En mi opinión, la respuesta a la pregunta tiene una clara y contundente realidad, o ¿no?
Pese a los pronósticos de una moderada recuperación esgrimidos por el neoliberalismo europeo, los indicios de una ralentización del crecimiento en Europa avalada por el FMI, el BCE, la OCDE y hasta las agencias de calificación son todo un hándicap para la generación de empleo y la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras, pudiéndose alcanzar niveles de desempleo elevadísimo, hasta darse la paradoja de iniciar la recuperación económica sin empleo.
Estamos por tanto, ante unas medidas que conducen a nuestro país a la ruina, que profundiza en la crisis tal como se reconoce con la revisión a la baja de las previsiones macroeconómicas realizadas por el propio Gobierno del PP, por lo que las consecuencias de las medidas de ajuste económico las conocen y aún así, siguen aplicándolas. Saben que supondrán la destrucción del sector público y con ello del estado del bienestar, por lo que se constata con claridad que la eliminación de todo lo público es el único objetivo que el gobierno tiene claro en su difusa política económica.
La visión ideológica de la economía que está desarrollando el Gobierno del PP apunta hacia un camino equivocado, que nos conduce hacia el abismo de la recesión, que será más prolongada, con mayor destrucción de empleo y supondrá la ruptura de la cohesión social como consecuencia de la desvertebración que están desarrollando desde el ajuste ideológico que aplican. La EPA del 2º trimestre del año es un claro reflejo de toda la acción de gobierno del PP.
La política económica sin dirección, sin objetivos y sin criterios que está aplicando el Gobierno del PP a instancia de la Comisión Europea, como recordó el ministro Montoro recientemente, no es por la herencia recibida, sino por el vacío del programa económico como demuestran los continuos bandazos que está realizando Gobierno del PP desde que tomó posesión y porque lo económico no les preocupa, es la coartada para aplicar el ajuste ideológico en el que están inmersos y que lo están cambiando todo en derechos.