miércoles, 17 de octubre de 2012

LA POBREZA EN LA HUELVA DE 2012.


 Previo al día Internacional para erradicar la Pobreza en el mundo, hemos querido compartir con los medios de comunicación y la sociedad onubense los datos que manejamos en Huelva. Sin lugar a dudas, amén de ser posiblemente los peores datos de toda Andalucía, generan una emoción contenida que hace timbrar la voz cuando se van enumerando los diferentes datos e indicadores.

El ambiente en la sala de prensa que desprendía la expresión facial de los/as periodistas era todo un cúmulo de sensaciones y de emociones compartidas, no porque estuviera enumerando los datos y reflexiones con elocuencia y determinación, sino que los propios datos determinan el sufrimiento de quienes los padecen y la cómplice empatía con ellos de quienes los hemos compartido en el día de hoy. En definitiva, tengo la sensación de haber vivido un momento de contradicción y reproche entre, la indignación y el sosiego con el que parece que se está viviendo la situación como consecuencia de invisibilizar un enorme problema social cada vez más extenso. 

Huelva es una provincia mediana de Andalucía, con una población de 522.000 habitantes de los cuales el 25% viven en el umbral de la pobreza, es decir más de 130.00 onubenses (35.300 familias) sobreviven con menos del 65% del salario medio que apenas alcanza los 1.445 €/mes. Lo que es lo mismo que decir, que 2,5 de cada 10 familias onubenses viven en el umbral de la pobreza.

Si estos datos, todos ellos sacados de la EPA, Contabilidad Nacional y el propio INE, los extrapolamos a las diversas actuaciones que desarrollan en Huelva organizaciones como Caritas. Cruz Roja. Derechos Humanos. La UGT,..., quienes nos dicen que atienden de media al año en torno de 90.000 onubenses y los segregan por las demandas que realizan y por el perfil grupal al que pertenecen: 39% solicitan alimentos. 26% viviendas y 35% otros servicios. Y además dicen que el 55,1% son personas paradas y que el 64% son mujeres, el 35% inmigrantes y extranjeros y el 3% menores de 16 años; podemos sacar varias conclusiones y definir el perfil del nuevo pobre onubense.

En este sentido, nos encontramos en Huelva con que el perfil del pobre ha evolucionado de ser una persona tradicionalmente marginal, sin formación académica ni cualificación profesional, sin empleo ni compromiso crediticio, al filo de la exclusión y adaptada a las circunstancias,  hacia una persona formada académicamente, con cualificación profesional, con empleo (44,9%) o cobrando prestaciones y muy bajos salarios, con compromisos crediticios a los que tienen que hacer frente, que se sostienen por el apoyo solidario de familiares, vecinos y amigos y no adaptados a la nueva realidad social que les está tocando vivir; lo que genera una importante bolsa de pobreza oculta o invisible y un profundo stress. En resumen: 3 de cada 10 onubenses pobres son mujeres. 3.500 niños/as onubenses menores de 16 años pasan hambre y 4 de cada 10 personas pobres son inmigrantes o extrajeras.

Esta realidad sociolaboral y de pobreza aderezado con las políticas de recortes del gobierno está teniendo como consecuencia la salida de 30.000 onubenses en busca de oportunidades, lo que traza una línea de despoblamiento de Huelva. Genera una espiral de marginalidad y exclusión de difícil salida, una brecha social y salarial galopante y la consolidación de la pobreza severa entre las clases trabajadoras a quienes se les priva de las herramientas de protección que propicia el Estado del Bienestar.

La propia OIT alerta de que el aumento de las personas paradas de larga duración, que en Huelva se ha incrementado en el último año en un 8,02% (1.610 personas más) corre el riesgo de incrementar el desempleo estructural y sufrir consecuencias sociales: pobreza, problemas de salud, fracaso escolar, ...

Esta patética realidad social requiere en nuestra opinión:

  • Aferrarse a la necesidad de activar un Plan Integral de reactivación de la economía mediante un acuerdo social para salir de la crisis sin sacrificar el modelo de bienestar.

  • Aplicar políticas de estímulo al crecimiento.

  • Operar con los parados de larga duración mediante un Plan de Empleabilidad que comprometa socialmente a las empresas multinacionales. La sociedad onubense debe exigir a las grandes empresas que inviertan con responsabilidad social en empleo.

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