El
análisis de las perspectivas del desarrollo del socialismo moderno
-entendido como movimiento obrero moderno- debe tomar en cuenta el
contenido de las transformaciones de la sociedad (económicas,
sociales, políticas, etc) relacionadas con la revolución industrial
que se está produciendo, y que está adquiriendo un dinamismo y una
profundidad cada vez mayores y que se basa en la automatización y
robotización de la producción y de los servicios promovidos por los
avances de la microelectrónica y, en consecuencia, se producirá una
profunda revolución social en el sentido de un cambio cualitativo
de la vida social), poniendo aprueba la vieja fórmula del
materialismo histórico que afirma que los cambios del modo de
producción ponen en marcha todo el mecanismo de esa vida.
Desgraciadamente,
todo el movimiento obrero -manifestado en sus dos partidos
tradicionales, socialistas y comunistas- no están preparados para
ejercer el liderazgo consciente de los cambios que se producen y, lo
que es peor, no advierten la maduración de esos cambios, no
comprenden sus causas y
se resisten a asimilar sus consecuencias ya que tendrían que aceptar
la necesidad de una profunda auto transformación.
El
proceso que se está operando en los cambios del modelo de producir
en la sociedad moderna acarrea consecuencias en el campo de la
modificación de las estructuras clasistas de esa sociedad: la clase
obrera, que en los países más altamente industrializados ya ha
perdido el carácter de proletariado tradicional, tanto por su
situación material, como por su conciencia colectiva, irá
desapareciendo paulatinamente hasta dejar de existir. -Es
ahí donde, creo yo, radica el quid de la cuestión. “La asunción
por parte del socialismo de la desaparición de la conciencia
proletaria colectiva de la clase obrera” -
Que llevará de una u otra forma a la desaparición de la tradicional
clase capitalista, aunque adquiriendo un carácter nuevo podrá
resistir durante un periodo algo más prolongado. -con
lo que nos está diciendo A. Schaff, que nada es definitivo, todo es
posible y cambiable, por lo que el actual carácter egoísta,
avaricioso y especulativo de la clase capitalista puede ser variable
desde la unidad de la conciencia colectiva de la clase obrera.-
Para
el movimiento obrero, no solo para los partidos que se basan en la
clase obrera, sino también para los sindicatos obreros la tesis más
chocante es la que prevé la desaparición de su clase social, de la
clase obrera, aunque debería ser una previsión obvia si se
comprendiese el sentido del proceso de la automatización y
robotización de la producción. Todo esto es un testimonio de que
se ha perdido la imaginación creativa y de que el movimiento obrero
padece un anquilosamiento, sobre todo, si se tiene en cuanta que Karl
Marx previó el fenómeno a mediados del siglo XIX.
La
extinción de la clase obrera plantearía ante el movimiento obrero
una pregunta fundamental sobre la posibilidad de su propia
existencia. Una situación embarazosa para los partidos tradicionales
de la clase obrera. De ahí que sean ellos los que deben desarrollar
un intenso proceso de cambio para poder plantear y comprender con
claridad el problema y proponer, a continuación, una solución. Sin
embargo nada de esto ocurre y el problema es ignorado. Cabría pues
preguntarse, si tal ignorancia está condicionada a móviles tan
fuertes que impiden sacar las conclusiones inevitables; o bien el
conflicto es tan profundo que, para poder evitar su asimilación
existe solamente una salida: poner en marcha una esquizofrenia social
que se manifiesta en que sabemos algo, pero actuamos como si no lo
supiésemos. La política del avestruz, -o
el pensamiento positivo- lo
único que aportan son resultados negativos e, incluso, peligrosos
desde el punto de vista social. Pero llegará un momento en el que
habrá que despertar. Lo malo es que la catástrofe ya estará -está-
en marcha y podrá ser demasiado tarde para adoptar medidas sensatas.
-a
pesar de que siempre es posible que se produzcan cambios
estructurales profundos, los costes y consecuencias serán muchos más
elevados si hubiera triunfado la lógica del interés general con
“mayusculas” y sin cortapisas-
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