La lógica política del PP.
Cuando el 11M de 2004 se producen los atentados Islamistas en España, el PP y el gobierno de entonces, el de Aznar, se apresuran en poner el foco de las atenciones en la banda terrorista ETA, pensando que era lo que podría mejorar los resultados electorales que les daban las encuestas. Poco rato duró la estrategia política del Gobierno y su partido, porque muy a pesar de la teoría de la conspiración improvisada y puesta en circulación por los círculos mediáticos conservadores, la lógica de la razón democrática quiso que un gobierno mentiroso y un partido desalmado fueran derrotados en las urnas y se inició el ciclo más prolifero en derechos sociales, democráticos y de igualdad conocido hasta entonces en democracia.
La misma lógica democrática hace pensar en un cambio de gobierno tranquilo, sosegado y colaborativo, sin embargo, la reacción del PP lejos de ello, continúa alentando la teoría de la conspiración y no reconociendo los legítimos resultados de la participación democrática de la ciudadanía. Es entonces cuando urden su venganza social y ciudadana y especialmente, contra las clases trabajadoras. Una venganza en formato de lógica política, que se están cobrando con creces en los menos de tres años de gobierno que estamos padeciendo.
Primero, nos quitan los derechos laborales e invitan a las empresas a que se nos despida gratis.
En segundo lugar, nos quitan el trabajo, las viviendas y los derechos sociales; todo ello acompañado con la retirada de las políticas activas y las complementarias a la salud y la educación. Ante esta situación de desamparo, las hijas e hijos emancipados tienen que refugiarse nuevamente en casa de sus padres jubilados y vivir a sus expensa. Ello produce una reacción inmediata, reducir las pensiones de las personas jubiladas para complicar la vida.
Aún así, el apoyo familiar sigue funcionando. Entonces suben los impuestos, los medicamentos, el IVA y todas las herramientas que hacen apacibles la vida de las familias, lo que hace muy difícil la supervivencia.
Se produce indignación de la ciudadanía, se instaura el activismo social y político, se moviliza la sociedad en defensa de lo que legítimamente les pertenece, sus conquistas sociales. Y van, y reforman el Código Penal, la Ley de Seguridad Ciudadana, ... y empiezan a meter en la cárcel y multar desaforadamente a quienes les toca de forma indiscriminada. Pero por sí a alguien se le ocurre iniciar una acción jurídica contra las medidas del Gobierno y la autoridad, reforman la justicia y acaban con el derecho a la justicia universal y gratuita incorporando la tasa jurídica.
Ahora, y una vez que están en la obligación de seguir justificando que las medidas adoptadas son por nuestro bien y que, como consecuencia de ello está mejorando la economía -eso sí, incorporando al PIB el dinero de la prostitución y de la droga- quieren quitarle las viviendas a las personas mayores de 65 años, proponiéndoles su venta para que, si el dinero que recauden por ello lo invierten en un seguro privado de sus amigotes, Montoro no les cobrará las plusvalía y les reducirá los impuestos. ¿Y dónde vivirán las criaturas? Con lo que se cierra el círculo de la lógica política del PP. Un País de pobres al servicio de una elite escogida.
Cuando nos quitan los salarios, el empleo, la cultura, la educación, la sanidad, la dependencia, las pensiones, las viviendas, los ahorros, ... Se produce un incalculable bote de miles de millones de euros que bien han servido para incrementar los salarios y beneficios de esa elite, rescatar la banca y autopistas privadas y construir una nueva burbuja con los seguros privados.
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