jueves, 8 de septiembre de 2011

Libertad de prensa e información.

Que los medios de comunicación informen a la sociedad de lo que acontece en el territorio de influencia, es la esencia propia de la existencia de la prensa, más allá de la línea editorial que le dicten quienes pagan, además de ser un acto democrático y de libertad de máximo calado, con independencia de la veracidad de lo que informan aunque ello sea grave. Pero que los principales periódicos impresos onubenses obvien, censuren y oculten la campaña de movilizaciones y las razones por las que los sindicatos de clase y mayoritarios, UGT y CC OO, quienes ostentan el 85% de la representación democrática de los trabajadores y trabajadoras onubenses, es muy grave. Es un acto sin parangón contra la libertad de prensa, la pluralidad informativa y contra el derecho de ser informados de la ciudadanía.

El silencio y la opacidad a la que pretenden someter a los sindicatos de clase (no pasa lo mismo con sindicatos corporativos y amarillos) los hacen cómplices de aquellos quienes con sus acciones, decisiones o actuaciones, todas lesivas con los derechos sociolaborales y de ciudadanía; han renunciado a la soberanía nacional, al control sobre el estado del bienestar, a recortar derechos, a individualizar las relaciones laborales y entre otras, a lo que en mi opinión es mucho más grave, han sustraído la propiedad de la Constitución Española a sus auténticos propietarios, el pueblo.

Esos medios no nos van a callar, ni por imperativo comercial capitalista o corporativo, ni porque tienen capacidad moral para ello. Lo que si tienen es una dudosa practica sociolaboral que deben explicar, primero a los trabajadores y después a la sociedad en su conjunto.

Tienen que explicar por qué abusan de contrato en practicas, por qué no reconocen las categorías profesionales de los trabajadores, por qué hacen ERES cuando tienen beneficios, … Aunque la respuesta se encuentre en la Reforma Laboral que legaliza todas estas prácticas fraudulentas e inmorales, los principales periódicos impresos onubenses deben una explicación moral y ética a Huelva.

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