Algunos círculos cristianos hablan de que la visita del Papa a Madrid no los dejan confortados, sino más cercanos a los mercados que de Dios. Los dejan en manos de la verdadera religión “la de los mercados”. La España católica ya no se encomienda al Patrón Santiago, sino al nuevo Patrón “IBEX 35”
Dicen Estos mismos círculos, que el debate entre laicismo y catolicismo es un debate estéril porque España es simplemente una sociedad mercantil.
La adoración de ese nuevo Dios lleva a conformar un discurso oficial que se da como verdadero y único, y en el que el lenguaje argumental que se utiliza es el que se usa habitualmente en la adoración a los dioses: confianza, tranquilizar, aplacar, rescatar, sacrificio, ..., todo un discurso de sumisión y con un destino final inevitable.
Los paquetes de medias y reformas, y especialmente la de la Constitución Española para limitar el gasto público, tienen perfectamente definidos el destino (la adoración resignada, sin resistencia y sumisa al Dios “Mercado”) y el espíritu real que subyace en ella, lo marca el paquete de recortes que de Cospedal anuncia para Castilla la Mancha, y que Rajoy extenderá al conjunto del país después del 20 N.
En la filosofía neoliberal no es de extrañar estas iniciativas ya que forman parte de su ADN y de los valores más íntimos del PP, pero es clamoroso el silencio cómplice de diputados y senadores socialistas. Silencio que pone en cuestión, no solo los valores históricos del socialismo español, sino al propio Estado del Bienestar. Rompe el consenso social con el pueblo, único propietario soberano de la Carta Magna, a la par de significar una apuesta decidida por la centralidad en perjuicio de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Después de esta tropelía, cabe preguntarse; ¿si PP y PSOE volverán a incorporar en sus agendas la necesidad de una Ley de Financiación de las entidades Locales, o si se va a seguir profundizando en las transferencias de competencias del Estado a las Autonomías?
Decenas de colectivos sociales, artistas, periodistas, economista, ... y los sindicatos de clase de este país, han llamado a la rebelión, a la movilización y la reacción de la ciudadanía en su conjunto. Yo digo además, que ante la injusticia calculada hay que ir a la “DESOBEDIENCIA SOCIAL”.
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