lunes, 25 de junio de 2012

Mirando atrás descubriremos el futuro de la crisis.


Desde que estalló la crisis de la deuda soberana griega gracias al maquillaje contable del actual presidente del BCE, (2º semestre de 2010) la UE vive obsesionada con el apoyo del euro poniendo a disposición de los Estados miembros con dificultades fondos condicionados a una estricta austeridad (Grecia. Portugal. Irlanda...).

Para organizar los rescates han sido precisos crear mecanismos permanentes para la gobernanza económica como el pacto del Euro Plus, por no tener autoridad legal para ello. Mecanismo que ha supuesto un cambio en el Tratado de Lisboa y que ha roto con toda obligación en materia de cohesión social y de diálogo social subrogándose con ello la UE competencias en materia salarial, que no tienen.

Los sindicatos adscritos a la CES (entre ellos UGT) han sido muy críticos con las restricciones de las ayudas, que más que ayudas parecen un castigo porque matan el crecimiento y el empleo en los países afectados. Imponen recortes de salario en el sector público, en el SMI, en los servicios públicos, en las pensiones, en las prestaciones por desempleo e ignoran la obligación de respetar los derechos fundamentales, en atención al sometimiento del control de los salarios, las pensiones y la austeridad obligados por el Pacto del Euro Plus.

Desde entonces, la cesión de soberanía de los Estados en favor de la UE de Merkel/Sarkoshy no ha sido cuestionada y cuando ello ha ocurrido, la TROICA se ha encargado de eliminarla de inmediato.

Reforzar la gobernanza económica subyace en todas estas decisiones, en virtud de la cual está previsto que los países de la eurozona y otros Estados miembros discutirán a nivel europeo los presupuestos nacionales, así como los Planes Nacionales de reformas. Cada Estado miembro tendrá que explicar cómo se incluyen las recomendaciones de la UE en sus propios Programas de Estabilidad y Convergencia, por lo que a pesar de las normas de gobernanza económica, los países tienen margen para que los Planes Nacionales de Reformas no tengan que estar centrados en el abandono del crecimiento económico. Los peligros son múltiples, amen del sometimiento de los parlamentos nacionales a las autoridades europeas, pueden obligarlos a tomar decisiones orientadas a un aumento del desempleo, impulsar reformas que hagan que el trabajo compense el equilibrio económico y hacer los mercados laborales más flexibles, todo ello poniendo en riesgo la Europa social.

El Pacto por el Euro Plus ha supuesto un examen de las modalidades de fijación de los salarios, de la centralización de la negociación colectiva, además de ordenar reformas del merado laboral para promover la flexiguridad y limitar los sistemas de jubilaciones anticipadas. Los costes de los salarios unitarios serán revisados para comprobar que evolucionan en consonancia con la productividad. Y los salarios en el sector público deben también apoyar la competitividad del sector privado. En definitiva, solo el equilibrio de costes a partir de los salarios y nada sobre las crecientes desigualdades, la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, o la avaricia indecente de ejecutivos y dirigentes de banca. (Los salarios se convierten en el principal instrumento de ajuste. Al no poder devaluarse la moneda se devalúa el salario en forma de recortes). Tampoco existen compromisos para la introducción de impuestos a las transacciones financieras y las emisiones de eurobonos.

El nuevo proceso emprendido de gobernanza económica es la coartada perfecta para supuestamente detectar, prevenir y corregir los desequilibrios excesivos utilizando como indicador el “tipo de cambio real, que compara la variación de los costes salariales unitarios de la economía de cada uno de los países miembros con la variación media de los costes salariales y los tipos de cambios en las 35 economías avanzadas. Es ahí donde se encuentra gran parte de la trampa del proceso, porque entre las 35 economías más avanzadas solo cinco lo son de la eurozana y el resto lo son de países donde el nivel de crecimiento es muy elevado en claro contraste con los derechos laborales (China. India. Brasil. Rusia....)

Si este indicador económico envía una señal de aviso de que los costes salariales se salen demasiado de la línea, se inicia un proceso de seguimiento muy exhaustivo de la economía del País, acompañado de un proceso de advertencias y recomendaciones políticas que terminan siendo de obligado cumplimiento, y en caso de que haya grave desequilibrio o riesgo de amenaza de la moneda única el país puede ser declarado en riesgo excesivo y las recomendaciones pasarán a ser instrucciones específicas y a sanciones en caso de incumplimientos, llegando a retirar los fondos estructurales que puedan corresponder al país.

El rumbo al que obliga la gobernanza económica europea está siendo destructivo para las economías de los países periféricos al asimilar el rescate a la sanción y no a la ayuda real. Países como Gracia, Portugal, Irlanda y actualmente España e Italia lo están padeciendo y de no rectificar, será extraordinariamente complicado rescatar la senda del crecimiento y del empleo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario