… bien podría ser una continuación de mi artículo “la solución está en
Europa”, al mismo tiempo que la justificación del papel que los sindicatos de
clase jugamos en esta coyuntura económica, a diferencia de los sindicatos corporativos.
Ante la situación
financiera, económica, política, social en general y ante la estrategia reformista
en particular del gobierno del PP que está produciendo un profundo cambio ideológico
en el modelo socioeconómico de España, los sindicatos de clase debemos utilizar
todos los medios democráticos a nuestro alcance para atacar de frente las
políticas de recortes que están produciendo recesión económica y para que el
gobierno escuche el clamor de las clases trabajadoras y de la ciudadanía en
general.
Las actuales Gobernanzas económicas
y del euro en la UE imponen unas políticas nefastas para la salida de la crisis
de países como Grecia, Irlanda, Portugal, Italia o la propia España intervenida
de derecho por mucho que se pretenda enmascarar llamándola “línea de crédito para los bancos” …, por lo que la presión
sindical y la reacción social deben obligar al gobierno a incluir en sus
estrategias, referencias claras al crecimiento y al empleo, a la cohesión, al
fortalecimiento del diálogo y la interlocución social, porque sin diálogo no
hay democracia y no hay progreso. Sin embargo, a pesar de los tres largos años
de lucha sindical y ciudadana nada de estos propósitos se han logrado, por lo
que está sobradamente justificado un avance en la ofensiva contra los recortes
en derechos antes de que sean irreversible.
El compromiso sindical de la
UGT es firme con un modelo social dinámico, justo, plural, igualitario,
dialogante y democrático; donde el empleo digno, el crecimiento sostenible, la
igualdad de oportunidades y los derechos fundamentales son el núcleo central de
toda nuestra acción sindical. Por tanto, para los valores que representa la UGT
es incuestionable la protección de las minorías, el estado del bienestar, la
lucha por un mundo mejor y más justo, por una Europa social con normas comunes
que eviten la degradación de la dignidad laboral y social y la promoción de la
solidaridad. Por ello, no cesaremos en el empeño de que el gobierno del PP en
España asuma la Carta de Derechos
Fundamentales de la UE, tan cuestionada con las reformas emprendidas.
Los cambios impulsados por
el Gobierno del PP son de tal calado que no pasan desapercibidos absolutamente
a nadie. No hay ciudadano/a que no se sienta agredido/a y agraviado/a con las
reformas en marcha. No hay ciudadano/a alguna en España que tenga garantizado poder
desarrollar su proyecto de vida, o simplemente que sea más feliz que en fechas
pasadas no muy lejanas, situación propicia para promover un gran Frente
Social de rechazo a las políticas de un gobierno insensible con los derechos de
ciudadanía. En Huelva así lo hemos entendido y hemos conformado un
Frente Social compuesto por una veintena de organizaciones y colectivos sociales
en torno a un MANIFIESTO SOCIAL DE PROGRESO firmado en fechas recientes,
quienes junto con CCOO y la UGT han
convocado una manifestación para el próximo día 20 de junio bajo el lema “¡NO
TE CALLES! DEFIENDE TUS DERCHOS. El sindicalismo de clase con estas
acciones demuestra la capacidad para afrontar los problemas y dificultades de
las clases trabajadoras y de ciudadanía en general.
Trabajamos y trabajaremos
para erradicar la estrategia de la austeridad como única acción de gobierno y
para que se produzcan cambios en la gobernanza económica actual porque de no
ser así, agravará la recesión económica persistente, el crecimiento y el empleo
y con ello se daña el futuro de la sociedad española. Al apostar solo por la
austeridad sin tener en cuenta la
cohesión social o la recuperación del crecimiento, la UE seguirá convertida en
el principal obstáculo para el progreso social y económico, por lo que debemos
por todos los medios democráticos promover alianzas y Pactos Globales en los
Estados miembros para que se produzca un profundo cambio en la orientación de
estas políticas.
En este sentido, la Francia
de Hollande junto a las expectativas creadas
por la socialdemocracia alemana abren un hueco de esperanza y de revulsivo para
encaminar a la vieja Europa hacia la senda de la cordura política y del interés
general de la Unión, no del predominio y
de la hegemonía interpretada de la Alemania de Merkel.
La UGT ha mantenido desde
siempre la idea de que la austeridad entendida solo como ajuste del déficit no
es una buena estrategia para el crecimiento, pero que además en situación de
recesión económica como la que vivimos en España, empeora aún más la propia
recesión. Esta fue una lección bien aprendida en las crisis financieras de los
años treinta, que después de un largo periodo de austeridad y de recesión
económica, se cambió el rumbo de la política hacia el crecimiento, la inversión
pública, el estímulo al consumo y más Estado para proteger a los más
vulnerables y para ser dueños del destino propio. Con este cambio de rumbo se
salió de la crisis fortalecido. Parece y es inquietante, que los gobiernos
europeos y muy especialmente el del PP en España prefieran olvidar la lección
de la historia y se muestren más interesados en establecer sanciones a los
países y administraciones con problemas, que en prestarles ayuda a través de
una auténtica gobernanza económica y social. Mientras tanto, se produce una
enorme desigualdad entre quienes pierden su empleo y su solvencia económica en
relación a quienes más tienen y a los ejecutivos de los bancos, hasta los ya
jubilados, que vuelven a sus negocios y a sus primas.
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