En los dos últimos años los Sindicatos de Clase UGT y
CCOO, no sólo se han propuesto construir un gran frente social de autodefensa
contra los intereses espurios y especulativos del capitalismo atroz que
gobierna la globalidad económica y que tiene en la TROYKA Comunitaria su
principal adalid, y en la connivencia
del Gobierno del PP su fundamental apoyo.
En estos dos últimos años los Sindicatos de clase UGT y
CCOO, han compatibilizado la acción, la movilización y la dinamización social y
de las clases trabajadoras con los valores
esenciales del movimiento obrero de clase, el diálogo, la negociación y la concertación. Y todo ello en un ambiente
extraordinariamente hostil contra un derecho fundamental de las trabajadoras y
trabajadores y reconocido constitucionalmente en el art. 7º de la Carta Magna.
En los 125 años de sindicalismo de la UGT, el Sindicato
ha pasado por momentos muy difíciles. En la historia del sindicato se han
sucedido periodos de persecución que creíamos superados. Hoy, el neoliberalismo
dominante al servicio de los intereses económico-financieros ha iniciado una
cruenta lucha de clase a través de los herederos del Estado Totalitario que
persiguió al sindicalismo durante cuarenta años, y que hoy son quienes desde el
Gobierno de España y desde las Instituciones Internacionales ejercen la
violencia sindical pretendiendo denigrar a los Sindicatos y sindicalistas,
tramando toda clase de infamias con el propósito de liberalizar el Estado del
Bienestar y los Servicios Públicos construidos para la ciudadanía. Para lo cual
y conscientes de que los Sindicatos de Clase somos la trinchera aún no
franqueada, han desencadenado un cruento ataque contra los sindicatos de clase
desde todos los centros de poder de la derecha económica y política.
En este contexto, es donde alcanza especial relevancia la
iniciativa sindical de ofrecer diálogo, negociación y acuerdos y en este
sentido, el Acuerdo Económico y Social
(ASE) que garantiza entre otras medidas, el futuro del Sistema Público de
Pensiones, el II Acuerdo por el Empelo y
la Negociación Colectiva (II AENC), vilipendiado por la CEOE, una de las
partes firmantes, las dos ILP presentadas
ante el Congreso de los Diputados para una legislación laboral socialmente
justa y para que la dación en pago impregne el espíritu de una nueva Ley
Hipotecaria, o la oferta de un Pacto
Nacional de Rentas son solo algunos de los ejemplos que justifican el
indispensable papel que han jugado, juegan y jugarán las Organizaciones Obreras
de clase en el pasado, presente y en el futuro del desarrollo socioeconómico de
España; quizás por ello estorba tanto al neoliberalismo dominante que existan
Sindicatos de Clase (UGT y CCOO) y si tienen que existir, que lo hagan lo más
debilitadamente posible.
Hoy mismo concluyen las cuatro jornadas de marcha por el
Empleo que la UGT y CCOO han convocado en Andalucía, jornadas de marcha que han propiciado recorrer
gran parte de la geografía andaluza para explicarle a la gente, especialmente a
la gente sin empleo, que en Andalucía es preciso un Plan especial de
empleabilidad y que esa preocupación es prioritaria para las organizaciones
obreras, a pesar de que el rendimiento del trabajo sindical y de todos los
esfuerzos de cientos de hombres y mujeres de los sindicatos van destinados a
beneficiar por igual a todos/as los trabajadores/as estén o no, afiliados/as a
los sindicatos. Es por ello, que las/os trabajadores y la ciudadanía en general
que no están afiliados deben saber que sus convenios, sus derechos laborales,
sus pensiones, ... se consiguen y se defienden desde y por los Sindicatos, y
que los Sindicatos se mantienen con la cuota de sus afiliado/as. Por lo que a
los sindicatos no se les regala nada y se les debe mucho en términos sociales y
de renta.
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