lunes, 9 de abril de 2012

¡Cuatro años de sometimiento sobran!


Después de cuatro años de sometimiento económico, político, ideario y hasta democrático a los mercados, no se sabe muy bien a quienes o a qué, ¡ya está bien! Es hora de volver las acciones políticas hacia la ciudadanía.

Ya está bien de lo mal que lo hicieron los socialistas en el gobierno, ya está bien de herencia recibida. Ya está bien de reformas y ajustes económicos injustos para generar confianza, no se sabe muy bien a quienes, o a qué. Ya está bien de no llamar las cosas por su nombre, después de haber generado el mayor fraude de confianza de la democracia es preciso un cambio de gobierno, que con el cambio se genera confianza,  empleo, ... bla, bla, bla, ...”

Ya está bien de un gobierno que aprovecha la confusión económica global para realizar ajustes ideológicos. Ya está bien que este gobierno íntegramente sometido a los designios de la UE (Merkel), continúe haciendo reformas que ¿satisfagan? a los mercados, al BCE, al FMI, a la banca, al circulo de los fondos de inversión, y no se sabe cuantos epítetos más sin entidad jurídica, identidad  ni responsabilidad penal.

Ya está bien, que después de cada reforma, de cada medida que siempre son las precisas para generar confianza de los epitetazos, se exija más, y otra más, ... y así durante cuatro duros y largos años para los trabajadores, trabajadoras, las clases populares y las clases medias.

Ya está bien de tanta hipocresía, de tanta mentira. No es verdad que tengamos un problema de déficit y de confianza públicos. Hay un grave problema de endeudamiento y de confianza privado y sin embargo, solo se exigen ajustes al sector público y sacrificios y pérdida de derechos a las clases trabajadoras y al conjunto de la ciudadanía.

Se están modificando las normas ciudadanas de convivencia y de relación porque se está cambiando el modelo social sin participar en ello. Se están transformando los derechos constitucionales fundamentales sin reformar la Constitución Española, se transfieren las rentas del trabajo, los derechos de ciudadanía, los ahorros de las familias, la democracia, ... a no se sabe bien a quienes, o a qué.

Lo cierto es, que con estas medidas que se están adoptando somos cada vez más pobres como individuos y como sociedad, hemos cedido un amplio grado de dignidad individual y colectiva. Se nos está sometiendo la voluntad a la de no se sabe bien a quienes, o a qué.

  ¡Ya está bien!, porque cuando no haya más que transferirles, ¿qué?

Es hora ya de coger el toro por los cuernos. Es hora ya de la política, del reconocimiento de que las medidas que se están adoptando solo sirven para que se nos exijan otras más, que nos debilita como colectivo y nos desarman como Estado Social y de Derechos.

Es hora ya de que paguen, de que aflore todo el dinero que tienen para ponerlo al servicio del desarrollo (el blanco y el negro). Es hora de que el Estado se proteja, que disponga de instrumentos financieros propios que protejan y garanticen los derechos de la ciudadanía, al tiempo de que fomenten la inversión productiva.

Es hora ya de que éstos, no se saben bien quienes, o qué contribuyan hasta aparejarse con los sacrificios de las clases trabajadoras, populares y medias. Es hora ya de prohibir la especulación económica y prestigiar la economía productiva.

Es hora ya, de decirle al mundo las identidades y los perfiles de aquellos epitetazos anónimos y la cohorte de políticos desalmados que hacen de la política una indignidad de intereses.

Es hora ya, de la política. Es hora ya, de la ciudadanía.

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