lunes, 5 de diciembre de 2011

Hacia un camino para el cambio (3º parte)

Resignación además, porque el discurso oficial que baja desde los poderes públicos, los poderes económicos y financieros, las sentencias judiciales, la escuela,.. Es un discurso oficial que nos dice que “no hay otra salida, esto es lo único posible y sino, peor se está en Cuba o se estaba con el Muro de Berlín”.

Una resignación sin argumentos, porque los pueblos cuando tienen problemas no son rebeldes, tienen miedo. El que tiene que comer todos los días no puede permitirse el lujo de perder su puesto de trabajo por un acto de rebeldía. La rebeldía siempre ha surgido de aquellos que comen todos los días, de ahí la responsabilidad de muchos intelectuales, de las Universidades, de profesionales liberales, … en general, de todos aquellos que comiendo todos los días no han sido capaces de decir ¡BASTA YA! a esta situación de degradación e injusticia.

¿Y los sindicatos, hemos hecho lo suficiente ante el miedo de la gente, o quizás en los últimos años hemos acomodado nuestra acción sindical a reclamar salarios y abandonar la pedagogía identitaria de nuestra realidad ideológica?

La relajación de la acción sindical puede haber ocasionado una perversión del modelo social y económico que defendemos y representamos, y habernos convertido en cómplices necesarios de la instauración agresiva del neoliberalismo que sustenta al capitalismo feroz que nos atenaza y amenaza actualmente.

Hemos adoptado probablemente, la actitud corporativa de privilegiar el salario de los/as trabajadores/as sobre la ética, la moral y la justicia en las relaciones laborales.

Probablemente nuestro cambio de actitud en la acción sindical tenga algo que ver  con la conquista progresiva de derechos y las acciones políticas de los primeros años de la década de los 80, que propició un avance considerable en derechos sociales y laborales, así como el proteccionismo de los mismos. Tiempos y políticas que quizás malinterpretamos, que produjo relajación de nuestra acción sindical y un cambio importante en nuestra manera de actuar. Pasando de la unidad y la solidaridad contra el miedo, a mostrar temor por perder el puesto de trabajo propio en detrimento de lo justo.

Una resignación que hace de la evidencia diaria, del paro, el que maquillan estadísticamente porque cuando se trabajan dos horas a la semana no se contabiliza como parado,  de las horas extras que se imponen y no se cobran, de la angustia de no saber si mañana se puede trabajar, si se puede comer.

Resignación que cae sobre un pueblo que se da cuenta además, - o no se da cuenta porque no quiere verlo, o porque no quieren que lo vean -  de que estamos yendo hacia atrás. Que estamos yendo a cotas del siglo XIX. Que la protección social, la educación, la sanidad universal y gratuita para todas y todos están bajando, se están desmantelando.

Resignación que surge de la culpabilidad del propio parado, del propio pueblo, del pobre, del miserable que se siente culpable de su situación. En la filosofía neoliberal tú eres el  culpable de tu situación. No has sido capaz de triunfar. No has sido competitivo” eres por tanto el perdedor del mal llamado progreso. Esta sociedad da oportunidades para todos y todas y no has triunfado. Tú eres el responsable.


Es perfecto el dominio del poder, un dominio que no se basa en el dominio de la fuerza, sino en uno mucho más peligroso, el dominio de la mente. Ese opio que cae desde las televisiones, desde las sentencias de los tribunales, desde los discursos políticos que empapa la mentalidad de la gente y no estimula la capacidad crítica, reflexiva o creativa.
... (sigue)

1 comentario:

  1. Hola, compañero,

    Perdona esta intromisión en tu blog. Solo queremos invitarte a participar en nuestra campaña de prevención de trastornos músculo-esqueléticos. En nuestro twitter (@laboralsalud), Facebook (http://www.facebook.com/Prevencion.Salud.Laboral) y YouTube (http://www.youtube.com/user/LaboralSalud) encontrarás material y podrás participar en el debate.

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