El pasado viernes día 16 celebramos el V Comité de la UGT Huelva. Un Comité especial porque se analizaba la gestión de los dos últimos años del Sindicato y que fue aprobada por el 80,60% de los presentes en el acto.
Si importante es el valor que la mayoría de delegados y delegadas otorgan a la gestión realizada por la dirección del sindicato mucho más lo es en mi opinión, posicionar a la UGT para gestionar los intereses de la clase trabajadora en los nuevos tiempos que nos va a tocar vivir.
Unos nuevos tiempos que según todos los análisis y predicciones, van a suponer una rotunda afirmación: “nada volverá a ser igual que lo que hemos vivido y conocemos hasta ahora” no solo en materia sociolaboral, sino en el conjunto de circunstancias que rodea a la propia vida.
Desde esa proyección propuse al Comité y así lo entendió, la necesidad de elaborar el programa de trabajo para el próximo año trazando tres líneas de acción diferentes:
- Una, desde el diálogo, el compromiso y la concertación para hacer posible el desarrollo de aquellas infraestructuras, equipamientos y acciones que compartimos el conjunto de los agentes sociales y políticos como única vía a mi entender, de poder seguir evolucionando en aras de sustentar un desarrollo socioeconómico de futuro y la generación de empleo para el presente.
- Una segunda línea de trabajo, desde la negociación colectiva para minimizar las consecuencias negativas de la múltiples reformas aprobadas y de las que están por venir, para preservar derechos del trabajo. Una negociación colectiva que debe orientar su campo de acción hacia la generación de empleo en sus múltiples formas, la consolidación de derechos y jornadas laborales, la conciliación de la vida laboral y personal y ser una herramienta contra el miedo y el abuso laboral y la economía sumergida.
- En tercer lugar, defender con firmeza las convicciones en el modelo socioeconómico en el que creemos, basado en el bienestar de la gente, en la equidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social y la redistribución de la riqueza, para lo que se hace preciso iniciar un proceso de movilización de las conciencias individuales y colectivas de forma ordenada y permanente en la que se expliquen las alternativas económicas, sociales y políticas que harían más viable la vida a la ciudadanía.
Todo ello, con el propósito de no dejar sin oportunidades a las más de 60.000 personas paradas, las 40.000 familias en el umbral de la pobreza, los más de 6.000 desahuciados de su patrimonio y los cientos de niños y niñas que no hacen todas las comidas diarias en Huelva.
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