martes, 16 de agosto de 2011

Hay que capitalizar España.


Hoy se produce una nueva Cumbre Franco-Alemana. El eje europeo que ha decidido subrogarse de forma incuestionable el gobierno de la UE, ya que las iniciativas que emanan del mencionado eje carecen de contestación alguna por parte del resto de países.

Después de dos largos años ejerciendo ese liderazgo de facto, la situación económica global en la UE no ha mejorado, no porque se carezca de instrumentos y opciones (decisiones políticas) que minimicen las consecuencias de la crisis, sino porque las decisiones políticas impuestas por este eje no van en la dirección correcta, sino todo lo contrario. “Por menos, a otros se les hubiera censurado y hasta exigido reformas más profundas”.

Cada vez que se ha producido una mini-cumbre como la de hoy se ha generado incertidumbre, desconfianza en los mercados y desasosiego en la ciudadanía, especialmente en los llamados países periféricos que son los que están asumiendo los sacrificios. Todo ello, en mi opinión, porque en esta Cumbre se trata de resolver exclusivamente los problemas particulares de las economías alemana y francesa, y porque lo acordado tiene un recorrido cortoplacista que pretende dar respuesta a los problemas puntuales y no globales de la crisis.

Urge una visión más amplia de Europa y no pueden liderarlas quienes se están mostrando tan euroescépticos como Francia y Alemania, por no decir egoístas. Urge un liderazgo que entienda la necesidad de construir un Estado Federal Europeo con un BCE de verdad, con un Fondo de Reserva Federal del Tesoro que pueda garantizar las deudas soberanas de los Estados miembros mediante la emisión de los llamados Eurobonos. Urge la puesta en marcha de una gobernanza económica y financiera global que que posibilite la capitalización de los Estados para que no se produzca un solo paso más atrás en derechos, en prestaciones sociales y en el Estado del Bienestar europeo.

Es en esta dirección donde España puede y debe tomar decisiones urgentes que les permitan generar empleo, garantizar las prestaciones sociales y proteger y mejorar las condiciones actuales del Estado del Bienestar, para ello baste con restituir mediante Decreto Ley lo que otros Decretos hubo modificado en fechas pasadas: “Impuestos sobre las transmisiones patrimoniales. Impuesto de Sociedades. Tributación al 45% de los beneficios de los directivos de las entidades financieras, quienes tributan al 17% desde 2008 cuando bajar impuestos era de izquierdas” O bien, instaurar impuestos permanentes sobre las grandes fortunas y la acumulación de capitales, crear un registro estatal de capitales. Instaurar un impuesto especial sobre las inversiones especulativas y de forma coyuntural, un IRPF extraordinario.

De nada sirve reducir salarios a las/os empleadas/os públicos, negociar a la baja los salarios en la negociación colectiva, imponer reformas laborales y/o sociales que hacen recaer exclusivamente los sacrificios sobre las clases trabajadoras y populares.

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