En momentos cruciales para el capitalismo atroz, voraz y egoísta que nos invade se produce una importante paradoja: “el GIM y el GAM” en el sistema, una clara contradicción que aún no ha salido a escena en espera de mejores momentos.
El GIM, pretende no dejar impune los desmanes, el escarnio y la usurpación de la representación democrática del pueblo. El caso islandés es un claro ejemplo de ello; donde se pide y aplican responsabilidades penales a unos gobernantes y directivos financieros interesadamente irresponsables, quienes con sus decisiones avaladas por Fueros aprobados supuestamente de forma lícita, arruinan la vida y la economía de todo un pueblo, dando con sus huesos en la cárcel porque el pueblo por decisión soberana decide no asumir los desmanes de sus disidentes representantes.
De otro lado el GAM, el caso belga. El que yo creo es la opción más descabellada y surrealista del sistema capitalista. Un país sin gobierno durante casi dos años. Son los mercados quienes van marcando los tiempos, los ritmos y la forma de vida de los belgas. La política es inexistente, solo el capitalismo se presenta como el “homo mundis” ideal que justifica “per se” su propio propósito, la convicción inexcusable de quienes no tienen legitimidad legal ni moral para representar más intereses que los propios. Los padrinos del modelo capitalista que visibilizan en Bélgica la irrelevante necesidad de los Estados en el devenir del desarrollo de los pueblos y su economía. (Si los mercados funcionan no es preciso la política)
Ni de uno, ni de otro de los dos polos se habla aún en la UE. El debate espera a que la iniciativa política, la de verdad, sea capaz de interpretarlo.
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