martes, 9 de agosto de 2011

Informar en libertad.


Hace unos días, oí en la radio una entrevista – conversación de Juan Cruz con Jorge Valdano. En ella se habló de muchas cosas de interés, muchas banalidades, de lo divino y de lo humano, hasta del concepto de libertad transformado en el sentimiento de libertad que a Jorge le propiciaba el diario "El País", recién llegado a España allá por los años 72/73.

Me llamó la atención el relato de cómo Valdano había vivido los primeros tiempos en nuestro País, decía: que había salido de la Argentina con dos sentimientos encontrados, por una parte porque en la Argentina se vivía la sensación del golpe militar y la censura y el miedo se habían adueñado del pueblo. Por otra parte, sintió en España aires de cambio y de libertad, que relacionaba con el diario "El País". Decía Jorge que para él "El País" significaba la libertad informativa, podía saber lo que ocurría en Argentina, lo que le era negado al pueblo. Pasaba horas enteras antes de ir a entrenar, delante del kiosco esperando que llegara el camión de reparto de prensa para llegar al entreno con información veraz y libre.

¡Conocer la libertad y la información libre a través de un medio de comunicación es algo tan razonable, a la par que extraño en el nuevo modelo informativo de este país!

¿Se hace información libre y veraz en España? En mi opinión, nos encontramos en las bases de una nueva censura que inunda la información esencial con una lluvia de noticias insignificantes, difundidas por los diversos medios de comunicación social y con contenidos similares para dar apariencia de pluralidad democrática.

Estamos ante una estrategia del entretenimiento de masas que se aplica por igual a los noticieros de todas las cadenas de televisión, por referirme sólo al de mayor penetración en los hogares españoles. No contienen apenas información y se convierten en magazines, destinado solo el 10% del tiempo a informar y el resto del tiempo se dedica a reportajes variados (microsondeos, reality show, hechos diversos, …)

Esta nueva censura que atiende al dictado de los intereses comerciales de quienes les pagan, gozan de una anacrónica sutileza; la falta de censores, especialmente las cadenas privadas que no se someten a control alguno de calidad y salud democrática, quienes han sido reemplazados desde los años 90 por la llamada Ley de Mercados y la Ley de audiencias (rating). Algo tiene esto que ver con la generación de una determinada conciencia colectiva en una sociedad acomodada como consecuencia de los logros sociales conquistados por la democracia española.

El juego de condiciones económicas hábilmente creadas por las cadenas de televisión, han conseguido dos cosas: Una, retirar a la televisión pública de la competencia por la publicidad quedándose las privadas con todo el mercado. Dos, no destinar medios financieros para realizar investigación periodística y dedicarlos a los reality show y microsondeos que arrastran más audiencia a un coste más reducido. - Mayor beneficio al menor coste posible -

¡Así no!. Así no se informa verazmente y con criterio periodístico a la ciudadanía, así se adoctrina y no se incide en la generación de una sociedad crítica, libre pensante, dinámica y autónoma de todo interés económico.

Por una información libre y en libertad no fingida, desde este horizonte lancemos un llamamiento de rechazo a la sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario